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Lo hemos dicho ya varias veces, y nunca nos cansaremos de decirlo, en San Sebastián llueve. Llueve a menudo. Llueve bastante. Somos la ciudad de España con más días de lluvia al año. Y eso exige seguir cierta disciplina a la hora de vestir para evitar acabar con un trancazo.
Lo primero, los piés. Punto débil de muchos y base fundamental para el correcto desarrollo de toda aventura en tierras donostiarras. Yo uso botas con suela de goma con un buen forro interior para mantener los pies calentitos, calzado que cuenta con dibujo rugoso en la suela que viene fenomenal para evitar resbalones. Otros guías prefieren las siempre confiables katiuskas para poder pisar sin miedo a los charcos. Con esas botas de agua y buen ánimo seréis imparables a la hora de explorar San Sebastián. Eso sí, poneros unos calcetines largos, no unos cortitos que luego se escurren por la bota y es una faena.
Para vestir es buena idea utilizar un chubasquero o una recia chaqueta si no nos queda otra, aunque hay que tener algo muy presente. Aunque llueva a menudo no llueve para siempre, aquí el tiempo es cambiante y tan pronto podemos pasar de estar a las puertas del Diluvio a gozar del Sol. De modo que toca vestirse por capas, para irnos adaptando según vaya tocando.
Sea como sea ¡no os dejéis desanimar por cuatro gotas! Que Donostia está muy bonita bajo la lluvia.
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