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A Donostia-San Sebastián se le ha conocido con otros nombres. Irutxulo, Gaztelupe… y La Bella Easo (si, como las magdalenas). Aunque durante nuestros tours solemos explicar el origen de los dos primeros, que responden a peculiaridades de la ciudad, el tercero es algo más complicado.
En la Antigüedad Oiasso era una ciudad de los Vascones, que los historiadores romanos situaban en un amplio estuario del Mare Externum (es decir, el Atlántico). Durante el siglo XIX muchos pensaron que dicha civitas, a la que se referían como Easo, se encontraba en el espacio ocupado por Donostia. Al coincidir esto con el auge del turismo de élite y la construcción de los hermosos edificios del Centro se le añadió el epíteto “bella”.
Hoy en día sabemos que Oiasso se encuentra no en Donosti, sino en Irún. Y os recomiendo encarecidamente que visitéis el museo de Oiasso, su exposición y actividades son tremendamente interesantes ¡y sus ruinas son de los pocos restos romanos que se conservan alrededor de Donosti!