Lo dijimos una vez, lo diremos siempre: en lo Viejo hay vida gastronómica fuera de Fermín Calbetón y 31 de Agosto. En ese sentido la calle Aldamar, en el límite del barrio, hace músculo gracias a unos pocos pero potentes bares que no tienen nada que envidiar a los emplazados en puntos más concurridos de la ciudad. Y uno de esos bares, al que he ido multitud de veces a lo largo de mi vida, es el Haizea.
El Haizea es un bar de toda la vida, abrió en 1982, con una cocina que debe de ser un laboratorio porque de ahí dentro salen maravillas que a duras penas puedo creer que son de este mundo. ¿Creeis que soy un exagerado? Echadle un tiento al pintxo Libia, el brick de bacalao, el puding de txangurro o el rulo de cabra a la plancha con puré de manzana…y luego me decís.
Si le tengo que buscar una pega… es que hay pocas mesas. Así que si está lleno tendrás que quedarte en esa barra llena de pintxos estupendos, o salir a esa esquina llena de encanto en la calle Aldamar en la que está situado. Ya veis qué problema. Eso sí, a veces sopla el viento que llega del Cantábrico, pero claro ¿que esperabas teniendo ese nombre?
Precio: El pintxo Libia son 2,60.