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Me encanta el cine. Ir a una gran sala a oscuras, sentarme en la butaca y disfrutar durante dos horas con una peli (o sufrir si es muy mala y luego ponerla a caldo tomando unas birras) es una de las cosas que más me gusta hacer en este mundo. Tengo la fortuna de vivir en una ciudad que cuenta con festivales internacionales de cine, otros más modestos y abundantes ciclos…y aunque en los últimos años muchas salas han cerrado las hay que aun resisten.
Hoy toca hablaros de la más importante de San Sebastián: Los cines Príncipe.
Una historia de cine
Situado justo enfrente del Museo San Telmo, este edificio clásico ofrece al espectador toda clase de películas. Desde el cine más comercial como las epopeyas galácticas de Star Wars y los superhéroes de la Marvel, pasando por cine español a películas extranjeras que no suelen encontrarse en las salas de centros comerciales. Además hay 3D y muchas de las cintas se proyectan en lenguaje original con subtítulos. Todas sus salas son cómodas y con buena calidad de sonido y proyección, lo cual es de agradecer.
Además ofrecen sesiones dobles de cine infantil y para adultos (Txiki Txiki Bang Bang) que son una auténtica maravilla. Una fiesta del cine y del buen rollo en el que la organización y los espectadores ponen de su parte para disfrutar del séptimo arte en una experiencia única. De verdad que merece mucho la pena ir.
Yo le tengo mucho cariño a los cines Príncipe. En ellos habré visto cientos de películas a lo largo de mi vida, yo he sido de los que iban dos o tres veces a la semana al cine, y ahí en mi corazón grabe a fuego recuerdos que me acompañarán toda mi vida.